La Fórmula 1 atraviesa una fase de crecimiento sin precedentes y Europa no quiere quedarse atrás. Stefano Domenicali, CEO de F1, reveló que Turquía, Alemania y Portugal se han unido a la lista de países interesados en volver al calendario, un escenario que se complica por la saturación de carreras y las exigencias económicas que impone el Gran Circo.
En los últimos años, la organización ha firmado contratos a largo plazo con la mayoría de las sedes, lo que deja muy poco margen para nuevas incorporaciones. Zandvoort saldrá tras 2026 y Barcelona busca mantenerse con un esquema de rotación, lo que abre la posibilidad de que otros países puedan ocupar esos espacios limitados.
Portugal fue el primero en levantar la mano con un respaldo político contundente: su Primer Ministro declaró que el regreso al Autódromo de Portimao en 2027 es una prioridad. Turquía insiste en volver con el circuito de Estambul, mientras que Alemania busca dar nueva vida a Hockenheim, que desde 2019 no recibe a la máxima categoría y requiere fuertes inversiones en infraestructura.
El reto para los interesados es grande. Domenicali recordó que la sostenibilidad es una condición indispensable, con la meta de alcanzar la neutralidad de carbono en 2030. Además, las finanzas deben estar aseguradas, pues más del 90% de los promotores dependen del apoyo estatal para cubrir los altos costos de organización.
Con nuevos destinos emergiendo en Arabia Saudí, Ruanda y Tailandia, los aspirantes europeos enfrentan una competencia feroz. Sin embargo, la historia y la pasión por la Fórmula 1 en estas regiones les otorgan un atractivo especial que podría devolverles un lugar en la parrilla mundial.