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El Allegiant Stadium fue testigo de un enfrentamiento que quedará en la memoria del boxeo. Terence Crawford (42-0, 31 KO) y Canelo Álvarez (63-3-2, 39 KO) se vieron las caras por el título indiscutido de los supermedianos, ofreciendo una contienda llena de intensidad y estrategia.

Desde el primer asalto, ambos boxeadores midieron fuerzas. Crawford utilizó su característico estilo de esquiva y contragolpe, mientras que Canelo, con ventaja de tamaño y fuerza, intentaba imponer su ritmo con combinaciones precisas. El round inicial mostró cautela y estudio mutuo.

El cuarto asalto marcó un cambio en la dinámica del combate. Crawford comenzó a soltar sus manos con mayor frecuencia, mientras que Canelo cerró el round con un potente derechazo, demostrando su capacidad de respuesta ante la presión del norteamericano.

A partir del noveno round, los intercambios se intensificaron. Crawford conectó varios uppercuts efectivos y, pese a un choque de cabezas que lo incomodó, mantuvo el control. Por su parte, Canelo mostró signos de cansancio, lo que permitió que Crawford conectara los mejores golpes con rapidez y precisión.

En los últimos rounds, Crawford consolidó su ventaja, cerrando la pelea con dominio técnico y físico. La decisión del jurado consagró al norteamericano como el vencedor, mientras que Canelo quedó visiblemente golpeado en el rostro. Dos grandes guerreros dejaron una pelea memorable para los aficionados.