La eliminación temprana de Daniil Medvedev en el US Open 2025 fue el golpe final en una temporada que ha resultado desastrosa para el ruso. Tras la caída en primera ronda, su entrenador Gilles Cervara anunció el cierre de un ciclo que había comenzado en 2017 y que lo impulsó a convertirse en campeón de Grand Slam y número uno del mundo.
El mensaje del técnico francés sorprendió a la comunidad tenística. En su despedida, Cervara agradeció los años compartidos, resaltando el esfuerzo mutuo, los triunfos históricos y la capacidad única de Medvedev para desafiar lo establecido en la cancha. Sin embargo, la tensión acumulada en los últimos meses habría hecho insostenible la continuidad del proyecto.
Los resultados son el reflejo del mal momento: apenas un triunfo en los cuatro grandes torneos del año. Un registro alarmante para un jugador que no hace mucho se consolidaba como uno de los máximos exponentes de la nueva generación. La caída libre en su rendimiento se combinó con episodios de frustración que terminaron por minar la confianza en su entorno.
Cervara, lejos de señalar directamente a su pupilo, eligió el camino del respeto en su comunicado. Habló de aprendizaje, de momentos imborrables y de la certeza de que la “magia poco convencional” de Medvedev volverá a aparecer. Con sus palabras, dejó claro que el vínculo humano sigue intacto, pese a la separación profesional.
Ahora, el desafío para Medvedev será reconstruirse. Encontrar un nuevo equipo técnico y recuperar la confianza en su tenis será fundamental para volver a competir en la élite. El fin de la dupla con Cervara marca el cierre de un capítulo glorioso y abre interrogantes sobre el futuro inmediato del ruso en el circuito.