Israel aprobó un controvertido proyecto de asentamiento en la ocupada Cisjordania que dividiría el territorio en dos, lo que complicaría la viabilidad territorial de un futuro Estado palestino.
La iniciativa, impulsada por el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, había permanecido congelada durante décadas por la presión internacional, la cual considera el desarrollo del asentamiento, conocido como E1, como ilegal y un obstáculo para la paz.
Bezalel Smotrich presentó la aprobación como una respuesta a los países occidentales que anunciaron en las últimas semanas sus planes de reconocer un Estado palestino.
“Quienes presionan por el reconocimiento de un Estado palestino recibirán nuestra respuesta sobre el terreno, no en documentos ni declaraciones, sino en hogares, barrios, carreteras y más familias judías que construyen sus vidas.” Tras la votación, enfatizó su mensaje: “Este es un paso significativo que efectivamente borra la ilusión de los ‘dos Estados’ y consolida el control del pueblo judío sobre el centro de Israel”.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, rechaza la idea de un Estado palestino junto a Israel y ha prometido mantener un control indefinido sobre la ocupada Cisjordania, la anexionada Jerusalén Oriental y la Franja de Gaza devastada por la guerra.