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La capital ucraniana, Kiev, vivió un día de luto oficial tras el ataque con misiles y drones lanzado por Rusia que dejó al menos 31 muertos, entre ellos cinco menores, y más de 170 heridos, informaron las autoridades.

El presidente Volodimir Zelensky confirmó que la víctima más joven tenía dos años y que 16 niños resultaron heridos.

Según agencias se trata del mayor número de víctimas infantiles en un solo ataque desde que Moscú inició los bombardeos sobre la ciudad en 2022.

La ofensiva del jueves destruyó gran parte de un edificio residencial de nueve pisos y dañó más de 100 inmuebles, incluidas escuelas, hospitales y universidades.

El balance de víctimas aumentó durante la noche mientras equipos de rescate continuaban trabajando entre los escombros.

El ataque, el más mortífero en Kiev desde julio de 2024, ocurre en un contexto de intensificación de los bombardeos rusos pese a los llamados internacionales, incluido el del presidente estadounidense Donald Trump, para detener las operaciones contra zonas civiles.

Mientras tanto, las fuerzas rusas mantienen su estrategia de desgaste en la línea del frente de mil kilómetros, donde los avances graduales del último año han dejado miles de bajas en ambos bandos.