Inter Miami debutó con una victoria 2-1 sobre Atlas en la Leagues Cup, pero el resultado quedó opacado por la irrupción de Yassine Cheuko, guardaespaldas de Lionel Messi. El incidente ocurrió justo al concluir el encuentro, cuando Jordi Alba y Gustavo Ferrareis discutían en medio del campo.
Messi se dirigió hacia sus compañeros, pero su escolta personal intervino de forma agresiva empujando a varios jugadores de Atlas sin comprender del todo la situación. El gesto fue calificado como innecesario por parte de la prensa y aficionados, quienes reprobaron su participación dentro del terreno de juego.
La escena generó un sinfín de reacciones en redes sociales, donde los seguidores cuestionaron la permisividad de los organizadores al permitir el acceso de personal de seguridad hasta el campo. El hecho empañó una victoria que parecía histórica para las Garzas.
Sumado a ello, el festejo de Messi gritándole el gol decisivo a Cóccaro causó incomodidad en el entorno de Atlas, en especial para su técnico, quien lo consideró innecesario y provocador. Lo que debía ser un partido más terminó en polémica.
Este suceso abre una nueva discusión sobre los límites entre seguridad personal y el respeto hacia los jugadores rivales, especialmente cuando se trata de figuras como Messi que generan tanta atención mediática.