Luka Doncic ha demostrado que la evolución es posible, y este verano se convirtió en ejemplo de ello. El astro de los Lakers ha trabajado incansablemente en su físico, dejando atrás las críticas que lo acompañaron desde su llegada a la NBA. Su verano en Croacia, guiado por el entrenador Ane Maek, lo tiene listo para un nuevo capítulo en su carrera.
Durante varias temporadas, se habló más del estado físico de Doncic que de su rendimiento. Consciente de ello, decidió transformar su cuerpo con una rutina que mezcla fuerza, agilidad y puntería. Cada jornada empieza en ayunas con una sesión de 90 minutos que lo obliga a trabajar con intensidad desde el primer momento del día.
Las sesiones están diseñadas para exprimir sus capacidades. Atado con bandas de resistencia en los entrenamientos de tiro, Luka debe atacar la canasta enfrentando presión constante. Al mismo tiempo, fortalece su cuerpo con ejercicios funcionales como el press de hombros con landmine y peso muerto, complementados con trabajo de velocidad en pista.
El enfoque integral del entrenamiento es clave. Doncic se mueve entre estaciones sin descanso, combinando movimientos explosivos y movilidad articular. Trabaja tanto el tren inferior como el superior, con ejercicios pensados para traducirse en impacto real dentro de la duela.
Con su nueva preparación, Doncic no solo quiere mejorar individualmente, sino también llevar a los Lakers a pelear por el título. Su transformación es reflejo de compromiso, madurez y deseo de alcanzar un nuevo nivel en su juego.
