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En una jornada montañosa que exigía piernas fuertes y nervios de acero, Tadej Pogacar se consagró una vez más en el Tour de Francia. El esloveno fue el más fuerte en el Muro de Bretaña y logró una victoria brillante al esprint frente a rivales de peso como Jonas Vingegaard y Oscar Onley.

El ataque decisivo se gestó gracias a la gran labor del ecuatoriano Jhonatan Narváez, quien preparó el terreno para su líder en la subida final. A solo 200 metros de la llegada, Pogačar explotó con un cambio de ritmo letal que no pudo ser igualado por sus contrincantes.

La victoria representa su 19ª en el Tour y su triunfo número 101 como profesional. El terreno era ideal para sus características: potencia, explosividad y final de escalador. Con las bonificaciones adquiridas, ahora lidera con una ventaja considerable sobre Evenepoel, Vauquelin y Vingegaard en la general.

Este éxito tiene un sabor especial para Pogacar, que en 2021 fue segundo en este mismo lugar. Esta vez, Van der Poel quedó lejos, llegando más de un minuto después. Sin embargo, la jornada también trajo preocupaciones por la caída de Joao Almeida, su principal escudero.

El UAE Team Emirates controla la carrera con mano firme. Pogacar sabe que el camino aún es largo, pero ha enviado un mensaje claro: está en forma, enfocado y decidido a conquistar otro Tour.