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El presidente Donald Trump asistirá a la final del Mundial de Clubes en el MetLife Stadium este domingo, un evento que consolida su estrecha relación con la FIFA. La cita deportiva reunirá a los finalistas en la primera edición del torneo con formato ampliado, celebrada en territorio estadounidense.

Este movimiento político-deportivo toma fuerza luego de que la FIFA anunciara que abrirá una oficina en la Trump Tower, en Nueva York. La acción ha sido vista como una señal clara del vínculo creciente entre el fútbol internacional y la actual administración de la Casa Blanca.

La implicación de Trump va más allá de lo simbólico. Lidera un comité gubernamental que se encarga de supervisar la organización del Mundial de Clubes y del Mundial 2026, en el que Estados Unidos comparte sede con México y Canadá. El MetLife será, además, el estadio donde se jugará la final de esa Copa del Mundo.

Gianni Infantino, titular de la FIFA, agradeció el respaldo recibido desde el gobierno norteamericano, aunque no evadió las dudas por las estrictas políticas migratorias que podrían limitar la llegada de aficionados. Trump ya impuso vetos a 12 países y estudia ampliarlos a 36.

La presencia presidencial en este tipo de torneos forma parte de una estrategia de visibilidad. Tras acudir al Super Bowl y a eventos de UFC, Trump busca proyectarse como figura clave del deporte global desde la silla del poder.