La escudería Red Bull Racing anunció la destitución de Christian Horner como su director ejecutivo este miércoles, poniendo fin a una era que comenzó en 2005. La escudería nombró a Laurent Mekies, exlíder de Racing Bulls, como su sucesor. La noticia sacudió el mundo de la Fórmula Uno y marca un punto de inflexión en el futuro inmediato del equipo.
Oliver Mintzlaff, CEO de Red Bull, agradeció públicamente la labor de Horner, destacando su papel clave en la transformación de Red Bull Racing en un equipo de élite. Bajo su dirección, la escudería conquistó ocho campeonatos de pilotos y seis de constructores, consolidando su legado en la categoría reina del automovilismo.
La decisión se produce en medio de una temporada complicada. Red Bull se ubica cuarta en el campeonato de constructores con solo 172 puntos, mientras que McLaren lidera con 460. Verstappen, su piloto insignia, ha bajado su rendimiento y la incertidumbre sobre su permanencia se ha intensificado.
El entorno de Horner sugiere que su despido no fue del todo transparente. Martin Brundle, expiloto y analista, señaló que el propio Horner le aseguró no haber recibido justificación alguna para su cese. Además, el escándalo del año pasado con acusaciones internas por mala conducta, aunque desestimadas, dejó cicatrices.
Alan Permane será quien tome el timón en Racing Bulls tras la salida de Mekies. El francés destacó la experiencia de su sucesor y la continuidad que puede ofrecer a un proyecto que busca fortalecer el vínculo entre ambas escuderías del grupo Red Bull. El movimiento podría ser clave para retener a Verstappen.