Borja Gómez, una de las grandes promesas del motociclismo español, falleció este pasado jueves en el circuito de Magny-Cours, Francia, tras sufrir un grave accidente en una sesión de entrenamientos libres del Campeonato de Europa de Stock 600. El piloto del Team Laglisse cayó en una curva y fue atropellado por otro competidor, según relataron testigos del siniestro.
La noticia ha causado conmoción en el paddock y entre los aficionados. Borja, de apenas 20 años, era considerado uno de los pilotos con mayor proyección de su generación. Procedente de San Javier, Murcia, el joven corredor había destacado tanto en el ESBK como en el JuniorGP, donde actualmente lideraba la clasificación de Stock 600.
Su racha reciente era impresionante: acababa de imponerse en la segunda carrera del ESBK en Motorland Aragón, sumando así su cuarta victoria del año. Ese triunfo lo catapultó de nuevo al liderato del campeonato. Además, su desempeño en el JuniorGP lo perfilaba como un futuro protagonista del Mundial de MotoGP.
Con una carrera precoz, Gómez ya había dejado huella en Supersport y Superbike, e incluso corrió 13 pruebas en Moto2. Su evolución apuntaba a mayores metas, siempre acompañado por su carisma y humildad fuera de las pistas, cualidades que también fueron resaltadas por su equipo en el comunicado de despedida.
El Team Laglisse expresó su dolor con un mensaje emotivo: “Su simpatía y su sonrisa serán eternas”. Borja Gómez no solo fue un talento único, sino también un ser humano entrañable. El deporte de las dos ruedas pierde a un competidor valiente y a un amigo inolvidable.