Una trágica madrugada en Zamora, España se ha llevado la vida del futbolista portugués Diogo Jota y su hermano André Felipe. El atacante del Liverpool, de 28 años, perdió el control de su Lamborghini Huracán cuando circulaba por la autovía A-52. El vehículo se salió del camino tras reventar un neumático, se incendió y fue consumido por las llamas.
La Guardia Civil apunta a un exceso de velocidad como el origen del accidente. Al realizar un adelantamiento, el coche pisó una zona de asfalto irregular, lo que habría causado el estallido del neumático trasero. Ambos hermanos quedaron atrapados dentro del coche, sin posibilidad de escape antes del incendio.
Jota venía de celebrar su boda en Oporto y de cerrar una temporada exitosa con el Liverpool. Aunque perdió protagonismo por una lesión, fue crucial en varios partidos clave. Su figura era admirada tanto en Inglaterra como en Portugal, donde se le veía como una de las grandes referencias de su generación.
Su hermano, también futbolista, era parte del Penafiel en la liga de ascenso lusa. La Federación Portuguesa expresó su tristeza por esta dolorosa pérdida. “Hoy estamos todos inundados de tristeza”, dijo Pedro Proenca, su presidente.
Las autoridades recibieron múltiples llamadas alertando del accidente. Bomberos y servicios de emergencia llegaron al lugar, pero no pudieron hacer nada por los ocupantes. El dolor por la muerte de Jota y su hermano ha sido inmediato y profundo en toda la comunidad futbolística.