El Gran Premio de los Países Bajos ofreció un espectáculo vibrante, con los hermanos Márquez protagonizando un duelo de alto voltaje en la pista de Assen. Marc fue el más fuerte, conteniendo cada intento de Álex para alzarse con una victoria más en la temporada, que ya lo perfila como líder indiscutible del Mundial.
La jornada fue tensa desde el inicio. El clima inestable y la temperatura fresca pusieron a prueba a los pilotos, que en su mayoría eligieron gomas blandas. Las ausencias de Marini y Martín fueron cubiertas por Espargaró y Savadori, lo que también alteró algunas dinámicas.
Desde la largada, Marc mostró su garra. Quartararo intentó frenar su avance sin éxito, y Álex pronto se posicionó como escolta. El ritmo de los Márquez fue inalcanzable, mientras detrás Bagnaia perdía terreno y Bezzecchi se posicionaba con su Aprilia, confirmando su buen rendimiento en este trazado.
La carrera estuvo cargada de emoción y sanciones. Varias advertencias por exceder límites llegaron a los líderes, además de penalizaciones para pilotos como Acosta y Aldeguer. Quartararo no logró mantenerse y terminó en el suelo, sumando su séptima caída del año.
Marc defendió con experiencia cada ataque de su hermano y no cometió errores. Su consistencia lo llevó al triunfo una vez más en el Sprint. Ya suma nueve victorias en diez intentos, y su dominio es tan contundente que ni el talento fraternal ha logrado doblegarlo. Bezzecchi completó el podio, rompiendo la hegemonía de Ducati.
