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España perdió la final de la UEFA Nations League frente a Portugal en penales, y el capitán Álvaro Morata fue protagonista involuntario de una historia de violencia digital. Su penalti fallado desató una ola de odio en redes sociales, culminando en amenazas directas hacia su vida y la de su familia.

El martes, las autoridades españolas detuvieron a un joven de 19 años en Málaga por estos hechos. Inicialmente, el sospechoso intentó engañar a la policía asegurando que su cuenta había sido intervenida por hackers, pero las investigaciones cibernéticas demostraron lo contrario.

Alice Campello, esposa del delantero, visibilizó el acoso compartiendo algunos de los mensajes. Su denuncia pública generó repudio generalizado, y reavivó el debate sobre la toxicidad en redes sociales. “No podemos permitir este tipo de violencia en línea”, comentó en sus historias.

El comunicado policial confirmó que las inconsistencias en la declaración del joven y las pruebas tecnológicas lo llevaron a confesar. Las autoridades reiteraron su compromiso con el combate a los delitos de odio en entornos digitales.

Morata, quien ahora milita en el Galatasaray, se mostró afectado por la situación. El delantero confesó sentirse devastado y mencionó que no está seguro de continuar con la selección nacional. “Así es la vida, lo hice mal”, expresó con resignación.