En menos de 48 horas, más de 110 personas han sido detenidas por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), mediante redadas violentas implementadas desde las primeras horas del viernes en esta ciudad.
Las tensiones por las acciones migratorias realizadas, escalaron este sábado 7 de junio en el área metropolitana, provocando enfrentamientos entre agentes federales y manifestantes que dejaron decenas de detenidos, uso de gas lacrimógeno, balas de goma y un creciente clima de alarma en comunidades migrantes.
Algunos arrestos ocurrieron en presencia de multitudes que intentaron impedir las acciones, como fue el caso frente a un almacén de ropa, donde manifestantes se enfrentaron a los agentes en un tenso intercambio.
Una de las organizaciones protectoras de migrantes, Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), pidió a las autoridades locales que respeten la promesa de proteger a los migrantes en esta ciudad que se ha autodeclarado «Santuario».
Las acciones de ICE han sido rechazadas por una buena parte de la población, que en su mayoría es latina. Incluso la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, lamentó lo ocurrido. Aseguró que su administración mantiene comunicación estrecha con organizaciones comunitarias para apoyar a los residentes indocumentados y advirtió que se vigilará de cerca la situación.
Por su parte, el director interino del ICE, Todd Lyons, condenó las manifestaciones y acusó a la alcaldesa de «ponerse del lado del caos».
Mientras tanto, grupos civiles, líderes locales y ciudadanos siguen exigiendo que Los Ángeles mantenga su estatus de ciudad santuario, al tiempo que se reaviva el debate nacional sobre el papel del ICE, los derechos de las comunidades migrantes y el uso de la fuerza en los operativos migratorios.