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En un gesto cargado de simbolismo, el piloto mexicano Pato O’Ward participó en una peculiar tradición previa a las 500 Millas de Indianápolis: ordeñar una vaca. Esta costumbre, considerada por muchos como un amuleto de buena suerte, ha sido seguida por varios ganadores de la emblemática carrera.

Debido a la pandemia, O’Ward no pudo realizar este ritual en su debut en la Indy 500. Sin embargo, este año, con la colaboración de la Asociación Láctea de Indiana y su equipo Arrow McLaren, logró cumplir con la tradición. La vaca, llamada Rihanna, fue llevada al autódromo para la ocasión.

O’Ward, quien ha terminado en segundo lugar en dos ocasiones en esta competencia, espera que este acto le brinde la fortuna necesaria para alcanzar la victoria. Su entusiasmo y dedicación son evidentes mientras se prepara para la carrera.

Con su participación en esta tradición, O’Ward no solo busca cambiar su suerte, sino también fortalecer su conexión con las costumbres de la Indy 500, demostrando su compromiso y pasión por el automovilismo.