En un gesto que fusiona deporte y espiritualidad, el número uno del tenis mundial, Jannik Sinner, visitó al Papa León XIV en el Vaticano durante su día de descanso en el Abierto de Italia. La audiencia, cargada de simbolismo y buen humor, se produjo tras una broma previa del pontífice sobre el apellido del tenista, que en inglés significa «pecador». Durante el encuentro, Sinner obsequió al Papa con una raqueta y una pelota de tenis, y propuso jugar un breve peloteo, a lo que el Papa respondió con humor: «Mejor no», aludiendo a los delicados objetos en la sala.
El Papa León XIV, de 69 años y originario de Chicago, es un entusiasta del tenis y ha expresado su afición por el deporte desde su elección. Durante la reunión, bromeó sobre su sotana blanca, sugiriendo que podría ser adecuada para Wimbledon. Además, recibió una membresía honoraria de la Federación Italiana de Tenis y Pádel, destacando su conexión con el deporte.
Sinner, quien recientemente regresó a las canchas tras una suspensión de tres meses por dopaje accidental, se mostró emocionado por la audiencia. En una conferencia de prensa posterior, comentó: «Es bueno para nosotros, los tenistas, tener un Papa que disfruta de este deporte». El encuentro también incluyó fotografías junto a los trofeos de la Copa Davis y la Billie Jean King Cup, ganados por Italia en 2024.
Este acercamiento entre el líder de la Iglesia Católica y una figura destacada del deporte refleja una apertura hacia nuevas formas de conexión con la juventud y la cultura contemporánea. La posibilidad de un futuro partido benéfico entre ambos no ha sido descartada, lo que podría simbolizar una unión entre fe y deporte en beneficio de causas solidarias.