La primera votación para elegir al sucesor del Papa Francisco arrojó humo negro, a través de la chimenea instalada sobre el tejado de la Capilla Sixtina.
Los 133 cardenales no llegaron a un consenso para alcanzar los dos tercios de la votación, que en esta ocasión debe acumular 89 votos para designar al nuevo líder espiritual de mil 400 millones de católicos en el mundo.
Para este jueves 8 de mayo están programadas cuatro rondas de votaciones, dos en la mañana y dos en la tarde, con dos fumatas a lo largo del día.
Después de cada dos rondas, las papeletas se queman en un horno especial para indicar el resultado al exterior.
Si no hay acuerdo, se mezclan con cartuchos que contienen perclorato de potasio, antraceno (un componente del alquitrán de hulla) y azufre para que se produzca un humo negro.
Mientras la fumata blanca, que se consigue añadiendo una sustancia química, anunciará que se ha elegido al Papa número 267 en la historia de la iglesia católica.
La chimenea arrojó humo blanco el 13 de marzo de 2013, en la quinta votación del cónclave. El cardenal argentino, Jorge Mario Bergoglio, fue presentado al mundo como el Papa Francisco con el tradicional «Habemus Papam».