La victoria de los Warriors ante los Timberwolves por 99-88 en el Juego 1 fue opacada por la lesión de Stephen Curry, quien abandonó el partido tras anotar una flotadora en el segundo cuarto. Se sujetó la pierna izquierda y, aunque intentó seguir, salió rumbo al vestuario. Kerr confesó que el jugador estaba «destrozado», pero sus compañeros respondieron bien en su ausencia.
El entrenador Steve Kerr y su equipo afrontan el Juego 2 como si no contaran con su estrella. Reconocen la dificultad de una recuperación inmediata por tratarse de una lesión en el tendón de la corva. Una resonancia determinará el panorama a seguir, pero por ahora, la planificación se hará sin Curry.
El base, de 37 años, se fue con 13 puntos en 13 minutos y ya venía lidiando con molestias en el pulgar. Pese a su salida, Golden State amplió su ventaja a 74-53 antes del final del tercer cuarto, lo que mostró la solidez del conjunto.
Curry fue clave en la serie previa ante Houston, donde promedió 24 puntos, casi 6 rebotes y 6 asistencias. Su baja, si se prolonga, representaría un duro golpe para las aspiraciones de Golden State, que confía en mantener su ritmo ofensivo sin su referente.
La lesión sucedió en el Target Center y dejó al equipo y a la afición en incertidumbre. La resonancia que se le practicará será crucial para saber si podrá reincorporarse pronto o si los Warriors deberán seguir sin el mejor tirador de la historia.