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Israel realizó una serie de bombardeos sobre Yemen, en represalia por el ataque con misil balístico perpetrado por los rebeldes hutíes que alcanzó el aeropuerto internacional Ben Gurion, en Tel Aviv, el día anterior.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, había advertido que respondería con contundencia en el momento y lugar de la elección de Israel.

Horas después, aviones de combate israelíes atacaron docenas de objetivos en el puerto de Hodeida y zonas aledañas. De acuerdo con el Ministerio de Salud controlado por los hutíes, al menos 21 personas resultaron heridas.

El misil lanzado por los hutíes fue dirigido contra una de las instalaciones más protegidas de Israel. Pese a múltiples intentos de intercepción por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel, el proyectil logró impactar el aeropuerto, lo que representaría la primera vez que ese grupo rebelde logra un ataque exitoso de este tipo en territorio israelí.

Tras la ofensiva, los hutíes, respaldados por Irán, anunciaron que impondrán “un bloqueo aéreo total” sobre Israel mediante ataques continuos a sus aeropuertos, e instaron a aerolíneas internacionales a cancelar sus vuelos hacia el país.

El ataque encendió las alarmas en el gobierno israelí, que convocó a su gabinete de seguridad el domingo por la tarde para evaluar la situación y culminó en la respuesta ofensiva de este lunes. 

En un hecho relacionado, un avión de combate estadounidense F/A-18 cayó al mar la semana pasada desde un portaaviones en el Mar Rojo, durante una maniobra evasiva ante un ataque hutí, lo que evidencia la creciente tensión militar en la región.