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Los Philadelphia Eagles visitaron la Casa Blanca para celebrar su victoria en el Super Bowl LIX. Este evento marcó un contraste significativo con 2018, cuando el equipo declinó la invitación debido a tensiones políticas con el entonces presidente Donald Trump .​

Durante la ceremonia, el presidente Trump recibió un jersey con el número 47, simbolizando su posición como el 47.º presidente de EE. UU., y un casco autografiado por el equipo. El entrenador Nick Sirianni y el tackle Lane Johnson acompañaron al mandatario en el inicio del evento.​

Trump elogió la resiliencia del equipo y destacó la actuación de Saquon Barkley, quien estableció un récord de 2,504 yardas terrestres en la temporada y fue nombrado Jugador Ofensivo del Año 2024.​

Sin embargo, no todos los jugadores asistieron. El mariscal de campo Jalen Hurts, MVP del Super Bowl, y otros compañeros se ausentaron alegando conflictos de agenda.

El propietario Jeffrey Lurie enfatizó que la asistencia era opcional, reflejando la cultura del equipo de respetar las decisiones individuales.​