Saltar al contenido principal

El número uno del mundo, Novak Djokovic, fue eliminado en la segunda ronda del Masters 1000 de Madrid al caer ante el italiano Matteo Arnaldi por 6-3 y 6-4. La derrota no solo significó una temprana despedida, sino también una posible despedida definitiva del torneo madrileño. En conferencia de prensa, Djokovic confesó que podría haber disputado su último partido en la capital española.

El serbio, visiblemente afectado, señaló que la adaptación a la tierra batida sigue siendo complicada pese a una buena preparación previa. «Entrené bien, pero jugar en la cancha es otra cosa», reconoció. Arnaldi, un joven talentoso, supo aprovechar el momento para imponerse con autoridad ante un Djokovic que aún busca su mejor versión.

A sus 37 años, el ganador de tres títulos en Madrid admitió que enfrentarse a eliminaciones tempranas se ha vuelto una nueva realidad en su vida profesional. «Esto es parte del deporte», reflexionó. «La sensación es completamente diferente a lo que experimenté durante más de 20 años de carrera», agregó.

A pesar de la derrota, Djokovic encontró un lado positivo: se sintió más cómodo en Madrid que en otros torneos recientes como Montecarlo. Sin embargo, también aceptó que su nivel de tenis todavía está lejos de sus expectativas, un obstáculo que deberá superar si quiere brillar en Roland Garros.

El serbio prometió dar su máximo esfuerzo en su próximo reto en París. Aunque su futuro en Madrid es incierto, dejó abierta la puerta para regresar, quizás no como jugador, pero sí como un referente en el mundo del tenis.