Saltar al contenido principal

Simone Biles ha dejado una marca importante en la historia de la gimnasia mundial. Con siete medallas de oro olímpicas en su palmarés, la atleta estadounidense no solo ha sido una inspiración en lo deportivo, sino también una voz potente a favor de la salud mental. Su regreso triunfal en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde conquistó tres preseas doradas, marcó un capítulo inolvidable en su carrera.

A pesar del éxito, la experiencia en la capital francesa también tuvo un alto costo físico y emocional para la campeona. La propia Biles confesó que al término de las competencias se sintió completamente agotada y pasó varios días enferma. “Mi cuerpo literalmente se derrumbó”, reveló.

Con 28 años, Biles admite que el camino hacia Los Ángeles 2028 está lleno de dudas. “Parece tan lejano”, comentó, al tiempo que reconocía que su cuerpo ya no responde como antes. Aunque no ha tomado una decisión definitiva, su futuro olímpico permanece en suspenso.

Sin embargo, la gimnasta expresó que se siente profundamente orgullosa del camino recorrido. Aseguró que seguirá abogando por temas importantes como la salud mental, utilizando su experiencia para dar voz a quienes no la tienen. Ese compromiso, dice, permanece intacto.

Su última aparición internacional fue reconocida en los premios Laureus en Madrid, donde fue nombrada mejor deportista del año. Biles continúa inspirando, aunque el futuro competitivo aún esté por decidirse.