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La Cyclosportive des Lacs de l’Eau d’Heure, respaldada por la UCI y realizada en Bélgica, tuvo un inicio accidentado en su primera edición. Apenas 8,5 km después de la salida, cerca de la presa de los Lagos de l’Eau d’Heure, se registró una aparatosa caída que detuvo la competencia. El pelotón de 500 ciclistas circulaba a una velocidad aproximada de 50 km/h cuando un empujón desató el caos.

El incidente terminó involucrando a unos 150 competidores y dejó un saldo preocupante: 47 heridos, de los cuales tres sufrieron lesiones graves. Siete de ellos fueron hospitalizados, uno con una condición seria, aunque sin riesgo vital, según reportó la UCI.

El impacto provocó la destrucción de decenas de bicicletas, mientras los ciclistas que iban detrás no lograron frenar a tiempo. El efecto dominó fue inevitable y la escena fue descrita por testigos como dramática.

A pesar de que la carrera fue inicialmente neutralizada, los organizadores tomaron la decisión de cancelarla definitivamente. La distancia total de la ruta era de 140 kilómetros, pero el evento no pudo continuar más allá del kilómetro 20.

En un comunicado, la organización defendió su planificación, asegurando haber cumplido con todas las medidas de seguridad exigidas por las autoridades. No obstante, el accidente plantea dudas sobre si esas disposiciones fueron realmente suficientes para evitar una tragedia.