El gobierno de China ordenó a sus aerolíneas que no acepten más entregas de aviones de Boeing, en represalia a la guerra arancelaria de Estados Unidos, que impuso un gravamen de 145% a las importaciones chinas, mientras Pekín elevó los suyos sobre los bienes estadounidenses hasta 125%.
Según la agencia Bloomberg, el gigante asiático también ha pedido a las aerolíneas chinas que suspendan “cualquier compra de equipos y piezas para aeronaves a empresas estadounidenses”.
Se espera que la medida aumente los costos de mantenimiento de los aviones que vuelan en el país.
El gobierno chino considera formas de proporcionar asistencia a las aerolíneas que arriendan aviones de Boeing y se enfrentan a costos más altos, según Bloomberg.
En este escenario, analistas han apuntado al sector estadounidense de la aviación como uno de los más afectados por la guerra arancelaria, destacando que Boeing sería el gran perjudicado.
La empresa con sede en Arlington, Virginia, podría ver encarecerse el precio de sus aviones en comparación con el de sus dos principales rivales, la europea Airbus y la Commercial Aircraft Corporation of China (COMAC), que busca ganar terreno en el mercado doméstico con apoyo estatal.
La escalada hará que empresas estadounidenses de todos los sectores (maquinaria, textil, electrónica, electrodomésticos) vean un encarecimiento de las piezas, materias primas e insumos que compran de China, con lo que afrontarán el doble reto de trasladar parte de su producción y perder competitividad en el mercado chino.