El gobierno de Donald Trump destinará 6 millones de dólares a El Salvador para que encarcele, durante un año, a aproximadamente 300 presuntos integrantes de la pandilla venezolana Tren de Aragua. Se trata de una de las primeras ocasiones en que el país centroamericano acepta migrantes expulsados desde Estados Unidos.
El Tren de Aragua ha sido señalado como responsable del aumento de la delincuencia en la región. Washington lo acusa de estar involucrado en una amplia gama de actividades ilícitas, que incluyen tráfico de personas, violencia de género, lavado de dinero y narcotráfico.
El acuerdo se alcanzó tras conversaciones entre el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, sobre el alojamiento de migrantes en una prisión de alta seguridad en el país centroamericano.
Rubio y Bukele detallaron el acuerdo, que implica un costo de aproximadamente 20 mil dólares por cada prisionero durante un año. Además, un documento del Departamento de Estado sugiere la posibilidad de una nueva asignación de hasta 15 millones de dólares para enviar a El Salvador con el fin de albergar a más miembros de la pandilla.
Sin embargo, los memorandos que detallan la transferencia no especificaron cómo el gobierno de Trump identificó a las 300 personas como miembros del Tren de Aragua. El memorando salvadoreño, por otro lado, confirmó que El Salvador aceptaría a dos hombres que, según las autoridades, eran miembros de la MS-13, una pandilla que surgió en Estados Unidos y que, antes de la ofensiva de Bukele, había logrado consolidar una presencia significativa en El Salvador.
Organizaciones de derechos humanos han rechazado el plan, señalando informes sobre torturas y muertes bajo custodia de autoridades en El Salvador, donde el presidente Bukele lidera una ofensiva contra las pandillas que incluye juicios masivos y la construcción de una megacárcel.