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El primer ministro británico, Keir Starmer, convocó a una cumbre a los líderes europeos. Londres fue la sede internacional tras el desencuentro público del viernes entre el presidente ucraniano, Volodymir Zelensky, y su homólogo estadounidense, Donald Trump.

Más de una decena de líderes formaron una coalición dispuestos a defender un acuerdo para poner fin a la guerra de Ucrania y a ser garantes de la paz.

Acordaron mantener la ayuda militar e incrementar la presión económica sobre Rusia, así como defender la necesidad de que Ucrania esté representada en cualquier mesa en la que se negocie la paz.

«Vamos a desarrollar una coalición de (países) dispuestos a defender un acuerdo para poner fin a la guerra de Ucrania y a ser garantes de la paz», ha explicado Starmer en rueda de prensa tras el encuentro.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, urgió incrementar las defensas de Ucrania de tal forma que sea un «puerco espín de acero que sea indigerible para cualquier invasor».

Además, tras la reunión de líderes, el presidente ucraniano fue recibido por el rey Carlos III en su residencia de Sandringham. Una visita que simboliza el cierre de filas en torno a Zelensky que nada tiene que ver con el trato que recibió en Washington.