Donald Trump volvió por segunda vez a la Daytona 500 como presidente, calificando la legendaria carrera de NASCAR como un símbolo de pasión compartida y unión nacional. Según el mandatario, la energía del evento refleja el espíritu que llevará a Estados Unidos hacia una nueva “Edad de Oro”.
La llegada de Trump fue impactante: el Air Force One sobrevoló el Daytona International Speedway antes de aterrizar, causando furor entre los asistentes. Posteriormente, el presidente apareció acompañado de su familia y funcionarios clave de su gobierno.
En su mensaje, Trump destacó la esencia patriótica de la carrera: el rugido de los motores y el eco del himno nacional como símbolos de la fuerza del pueblo estadounidense.
El mandatario concluyó relacionando el espíritu de Daytona con su visión de futuro, asegurando que bajo su liderazgo, esa pasión colectiva impulsará un renacimiento para la nación.