El papa Francisco renovó este domingo su llamado a la paz en el mundo al pedir “que se silencien las armas en todas partes y se escuche el grito de los pueblos que quieren paz”. En la Plaza de San Pedro interrumpió la lectura de su homilía por el Jubileo de las Fuerzas Armadas, debido a dificultades en la respiración.
“Ahora me disculpo y pido al maestro que continúe la lectura por dificultad en la respiración”, dijo el pontífice, poco después de comenzar la lectura de su homilía, unas palabras recibidas con un aplauso por los asistentes, soldados y policías de diversos países.
El papa, de 88 años, el miércoles no pudo leer su catequesis en la audiencia general por el mismo motivo. La Santa Sede explicó que padecía bronquitis, lo que le ha obligado en los últimos dos días a celebrar reuniones en su residencia, la Casa Santa Marta.
No obstante, esta mañana llegó a la plaza, tras las intensas lluvias de la víspera, e inauguró la misa leyendo su introducción y el acto penitencial.
En estas primeras palabras ya se le podía escuchar con la voz afectada y algo de tos. Francisco leyó -con notable esfuerzo- la primera parte de la homilía preparada para hoy, centrada en el rol de los Ejércitos, pero la mayor parte del texto fue pronunciada por el maestro de las celebraciones litúrgicas, el arzobispo Diego Ravelli.
La misa reunió a unos 30 mil soldados y policías de diversos países, la mayoría italianos, pero también una delegación del Ejército y la Guardia Civil españoles, llegados a Roma por el Jubileo de las Fuerzas Armadas.