Pam Bondi, confirmada por el Senado como secretaria de Justicia, prestó su juramento en la oficina oval de la Casa Blanca. Se trata de una aliada de Donald Trump al frente de una agencia que ya se ha visto sacudida por el despido de empleados de carrera por ser considerados desleales al presidente.
«En su primer día como procuradora general, incluyó órdenes para combatir la militarización del sistema legal; hacer que los fiscales soliciten la pena de muerte cuando sea apropiado; y trabajar con el Departamento de Seguridad Nacional para «eliminar completamente» a los cárteles y las organizaciones criminales transnacionales», según Fox News.
Bondi ha enfrentado un intenso escrutinio debido a su estrecha relación con el presidente Trump, quien durante su mandato despidió a un director del FBI que se negó a jurarle lealtad y forzó la salida de otro secretario de Justicia que se retractó de la investigación de la agencia, sobre posibles vínculos entre Rusia y su campaña presidencial de 2016.
Bondi toma el cargo en un momento en que una de las agencias a las que supervisará, el FBI, es cuestionada por los agentes involucrados en investigaciones relacionadas con Donald Trump, quien ha dejado claro su deseo de vengarse de quienes considera sus adversarios.