El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ofreció un discurso de despedida desde el Despacho Oval de la Casa Blanca, advirtiendo a los estadounidenses que existe una “peligrosa concentración de poder en manos de unas pocas personas ultra ricas”.
“Quiero advertir al país de algunas cosas que me preocupan mucho… Se trata de una peligrosa concentración de poder en manos de unas pocas personas muy ricas. Las peligrosas consecuencias que puede acarrear el abuso de poder no se controlan”, afirmó.
“Hoy en día, en Estados Unidos está tomando forma una oligarquía de extrema riqueza, poder e influencia que literalmente amenaza a toda nuestra democracia, a nuestros derechos básicos, a nuestras libertades y a la igualdad de oportunidades para que todos salgan adelante”, continuó.
Biden también centró su discurso en el sueño americano y en la “idea más poderosa” de que “todos somos creados iguales”.
“La idea misma de Estados Unidos era tan grande que sentíamos que todo el mundo debía verla. La Estatua de la Libertad, un regalo de Francia después de nuestra Guerra Civil. Al igual que la idea misma de Estados Unidos, no fue construida por una sola persona, sino por muchas personas, de todos los orígenes y de todo el mundo. Al igual que Estados Unidos, la Estatua de la Libertad no se queda quieta. Su pie literalmente avanza sobre una cadena rota de esclavitud humana. Está en marcha y literalmente se mueve”, dijo.
El mandatario aseguró que se logró la mayor modernización, carreteras, puentes e internet de máxima velocidad durante su administración, lo que ha contribuido a la creación de miles de empleos.
Además, se pronunció por que la Constitución se reinvente para que ningún presidente tenga inmunidad por delitos que haya cometido mientras esté en el cargo.
Biden agradeció a miembros de su gobierno, servidores públicos y socorristas, a Kamala Harris y a la primera dama, Jill Biden, quien lo acompañó en el Despacho Oval para ofrecer su último discurso.