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El presidente interino de Corea del Sur, Choi Sang-mok, ordenó una inspección de seguridad de emergencia de toda la operación aérea del país tras el choque y posterior explosión de un avión que dejó 179 personas muertas y dos sobrevivientes. Más de 140 de los muertos ya fueron identificados, mientras las autoridades investigan las causas del siniestro. 

Como primer paso, el Ministerio de Transporte anunció una revisión especial de los 101 aviones Boeing 737-800 operados por aerolíneas surcoreanas a partir de este lunes. La verificación estará centrada en el historial de mantenimiento de los componentes clave.

El siniestro que conmociona al país ocurrió en un avión Boeing 737-800, operado por la aerolínea de bajo costo surcoreana Jeju Air, el cual abortó su primer intento de aterrizaje por razones que aún no están claras.

Luego, durante su segundo intento de aterrizaje, recibió una advertencia de impacto de aves del centro de control en tierra antes de que su piloto emitiera una señal de socorro. El avión aterrizó sin desplegar el tren de aterrizaje delantero, se salió de la pista, se estrelló contra una valla de hormigón y estalló en una bola de fuego.

Este lunes, otro avión Boeing 737-800 operado por Jeju Air regresó al Aeropuerto Internacional Gimpo de Seúl poco después del despegue, cuando el piloto detectó un problema con el tren de aterrizaje. Song Kyung-hoon, un ejecutivo de Jeju Air, afirmó que el problema se resolvió mediante la comunicación con un centro de equipos en tierra, pero el piloto decidió regresar a Gimpo como medida de precaución.