El Tribunal Supremo francés confirmó la condena por corrupción y tráfico de influencias contra el expresidente Nicolas Sarkozy, quien deberá llevar un brazalete electrónico durante un año. Esto lo convierte en el primer expresidente francés obligado a cumplir una condena de arresto domiciliario.
El máximo órgano judicial francés rechazó así la apelación de Sarkozy en el caso de corrupción y tráfico de influencias en el que está involucrado, conocido como “Bismuth”, en referencia al nombre falso que eligió Sarkozy para abrir una línea telefónica secundaria con su abogado y con la cual se descubrieron conversaciones que apuntaban a un caso de presunta corrupción y tráfico de influencias.
Los abogados de Sarkozy dejaron entrever que apelarán al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo; sin embargo, eso no suspende la aplicación de la pena.
Sarkozy, de 69 años, deberá comparecer antes de un mes ante un juez de libertades y detención, que establecerá las modalidades en las que llevará el brazalete electrónico y otras condiciones de su arresto domiciliario.
En tanto, la condena se produce cuando el exinquilino del Palacio del Elíseo debe comparecer, a partir del 6 de enero, y durante cuatro meses, ante el tribunal de París, en otro caso, en el que se le señala a él y a su campaña presidencial de 2007 de haber recibido financiación ilegal procedente del Gobierno del mandatario libio Muamar al-Gadafi.