La victoria de los New Orleans Saints ante los Giants no fue motivo de celebración total. Derek Carr, su mariscal de campo estrella, sufrió una fractura en la mano izquierda durante el último cuarto del partido al intentar conseguir un primer down. Antes de abandonar el campo, Carr logró completar 20 de 31 pases para 219 yardas, mostrando un rendimiento sólido que fue truncado por esta desafortunada lesión.
Esta fractura se suma al esguince en el músculo abdominal que lo dejó fuera de tres partidos previamente en la temporada. Aunque la lesión ocurrió en su mano no dominante, su ausencia complica el panorama para los Saints, quienes, con un récord de 5-8, ven lejana la posibilidad de postemporada.
Los médicos aún no han determinado la gravedad de la fractura ni si será necesaria una cirugía. Sin embargo, las semanas próximas serán decisivas para evaluar el impacto de su ausencia en el resto de la campaña. La falta de un quarterback de respaldo confiable solo agrava las preocupaciones para la franquicia.
En definitiva, los Saints enfrentan un panorama complicado. El historial de lesiones de Carr y su actual situación médica dejan al equipo en una posición vulnerable, justo en la recta final de la temporada.