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Juan Martín Del Potro, exnúmero tres del mundo y campeón del US Open 2009, enfrenta uno de los retos más duros de su vida. Desde su fatídica lesión en 2019, cuando fracturó su rótula enfrentando a Denis Shapovalov en Queen’s, ha vivido un calvario entre cirugías y tratamientos infructuosos. A sus 36 años, su cuerpo sigue pagando las consecuencias de una carrera brillante que incluyó 22 títulos ATP, dos medallas olímpicas y una Copa Davis con Argentina en 2016.

En sus redes sociales, el tandilense compartió recientemente un relato desgarrador. “Tengo más de 100 inyecciones en mi pierna, cadera y espalda”, confesó, describiendo noches de insomnio y dolor constante. Su vida cotidiana está lejos de ser normal, incapaz incluso de jugar al fútbol con amigos. “Todavía no encuentro solución”, agregó con resignación.

El próximo domingo, en un partido de exhibición contra Novak Djokovic en Parque Roca, dirá adiós al tenis. Este deporte, que tantas alegrías le dio, también lo llevó al límite físico y emocional. Entre lágrimas en 2022, Del Potro ya había anunciado su retiro, pero ahora cerrará este capítulo con su público y con su más grande rival.

A pesar de su sufrimiento, “Delpo” busca dar un mensaje esperanzador. “Tal vez mi historia inspire a alguien”, expresó. Su conexión con los fanáticos sigue intacta, demostrando que su legado trasciende los números y logros deportivos.