El serbio Novak Djokovic sorprendió al mundo al anunciar que Andy Murray será su nuevo entrenador para el próximo Abierto de Australia, programado entre el 12 y el 26 de enero. Esta noticia marca un nuevo capítulo en la relación entre estos dos gigantes del tenis, quienes compartieron una intensa rivalidad con 36 enfrentamientos en su carrera, de los cuales Djokovic ganó 25.

Murray, que se retiró tras los Juegos Olímpicos de París, tiene un palmarés impresionante: tres Grand Slams, dos medallas olímpicas, y más de 40 títulos, incluyendo el honor de ser el primer británico en 77 años en ganar Wimbledon. Ahora, dejará historia como estratega.

El escocés se une a una lista de entrenadores legendarios que han trabajado con Djokovic, como Boris Becker y Goran Ivanišević, este último finalizando su relación con el serbio tras Indian Wells. Desde entonces, Djokovic ha viajado sin un técnico oficial.

«Es un honor tener a uno de mis grandes rivales ahora en mi equipo», comentó Djokovic sobre esta inesperada colaboración, que comenzará en la pretemporada con miras a conquistar Australia.

La actual temporada de los Raiders se complica aún más tras la fractura de clavícula de su QB Gardner Minshew. Durante la derrota ante los Denver Broncos en la Semana 12, Minshew fue capturado en el último cuarto por Cody Barton y Jonathon Cooper, lo que lo dejó fuera del resto de la temporada. El veterano quarterback fue sustituido por Desmond Ridder, quien ahora liderará al equipo.

Antes de la lesión, Minshew había completado 25 de 45 pases para 230 yardas, con un touchdown y una intercepción. En total, el egresado de Washington State acumuló más de 2 mil yardas, nueve touchdowns y 10 intercepciones en la temporada.

Los Raiders enfrentan un desafío significativo: solo tienen a Ridder en el roster activo, ya que Aidan O’Connell está lesionado. Su única opción adicional es Carter Bradley, un novato de la escuadra de prácticas sin experiencia en la NFL.

Con un récord de 2-9, los Raiders ven su campaña destinada a la decepción, mientras que los Broncos mejoran a un 7-5, consolidando su lucha por los playoffs.

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, no escondió su descontento con los resultados del Balón de Oro, mencionando que el premio debía haberse entregado a un jugador de la casa. Aunque elogió a Rodri Hernández, centrocampista del Manchester City, destacó que este «se merecía el Balón de Oro, pero no este año». Pérez aclaró que Rodri es un futbolista de gran calidad y que, además, es madrileño, lo cual agrega un vínculo especial con el club blanco.

Pérez también expresó su desconcierto por la ausencia de un jugador madridista entre los ganadores. Según el presidente, el Balón de Oro debería haber recaído en algún futbolista del Real Madrid, mencionando a Vinícius Júnior como uno de los principales favoritos según encuestas como la de L’Equipe, donde el brasileño obtuvo un 41% de los votos.

A su juicio, los organizadores del premio deben ofrecer explicaciones sobre los criterios que guían las votaciones, especialmente de periodistas desconocidos. Florentino insistió en que la votación debe estar a cargo de personas de prestigio reconocido, como seleccionadores nacionales, que se juegan su reputación con cada decisión.

Finalmente, Florentino Pérez afirmó que, debido a estas inquietudes, el Real Madrid decidió no asistir a la gala del Balón de Oro, una edición que consideraron carente de transparencia.