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En los anales de la NFL, la temporada de 1972 de los Miami Dolphins brilla con una intensidad única. Este equipo, bajo la tutela del legendario entrenador Don Shula, logró lo que ningún otro equipo ha podido replicar: una temporada perfecta culminada con la victoria en el Super Bowl VII.

El camino hacia la perfección no fue un paseo triunfal. La fractura de tibia y tobillo sufrida por el QB estrella Bob Griese en la Semana 5 amenazó con descarrilar la temporada. Sin embargo, la llegada del suplente Earl Morrall, un veterano apodado “Old Man”, resultó ser providencial. Morrall lideró al equipo a un impresionante récord de 9-0 mientras Griese se recuperaba, demostrando la profundidad y la determinación del equipo.

La “Defensiva Sin Nombre”, a pesar de no contar con grandes nombres, se convirtió en una fuerza implacable. Su cohesión y disciplina táctica les permitieron controlar los partidos y mantener a raya a los oponentes. Los Dolphins se enfrentaron a pruebas difíciles en su camino a la gloria, incluyendo tres victorias por un margen mínimo. Sin embargo, la dirección estratégica de Shula y la mentalidad inquebrantable del equipo los ayudaron a superar cada obstáculo.

La victoria en el Super Bowl VII contra los Washington Redskins consolidó su lugar en la historia. A pesar de ser considerados no favoritos, los Dolphins dominaron el partido, construyendo una ventaja temprana que les permitió resistir un intento de remontada de los Redskins al final del partido. La victoria selló su estatus como el único equipo en completar una temporada perfecta e invicta en la historia de la NFL.