El 3 de noviembre, durante un partido contra Seattle Sounders FC, Héctor Herrera protagonizó un incidente que resultó ser decisivo para su futuro. En un acto de frustración, el mexicano escupió a un árbitro, lo que le costó una expulsión inmediata. Posteriormente, el Comité Disciplinario de la MLS le ha impuesto una sanción de tres partidos y una multa que, aunque no se revelado públicamente, ha impactado en su reputación.
La sanción se dio a conocer junto a la noticia de su salida del Houston Dynamo. Pat Onstad, gerente general del equipo, explicó que la falta de continuidad en las canchas debido a lesiones fue el factor principal para no renovarle el contrato. Sin embargo, no se puede negar que el incidente disciplinario influenció en la decisión de la directiva de dejar ir a su jugador franquicia.
Herrera, quien deseaba quedarse en el Dynamo, mostró su descontento ante la decisión del equipo. Este episodio resalta lo complicada que puede ser la relación entre clubes y jugadores, especialmente cuando se mezclan aspectos de rendimiento y disciplina en el proceso de evaluación de un contrato.
La historia de Héctor Herrera en la MLS parece haber concluido de forma abrupta, con logros y momentos amargos. Su partida del Houston Dynamo abre incógnitas sobre su próximo destino, y cómo este incidente afectará su futuro en el fútbol profesional.