Donald Trump resultó electo el presidente número 47 de Estados Unidos, luego de que durante los primeros minutos de este miércoles alcanzara los 270 votos necesarios para ganar la contienda a la que se enfrentó con la candidata demócrata, Kamala Harris.
Trump proclamó su victoria declarando un «mandato poderoso y sin precedentes» mientras se dirigía a sus partidarios en Florida, a pesar de que muchos estados todavía estaban contando votos.
Fue con la victoria en Wisconsin que Trump alcanzó los 270 votos electorales necesarios para regresar a la Casa Blanca después de que en el 2020 se negara a aceptar su derrota frente al actual presidente, Joe Biden, lo cual provocó una insurrección violenta en el Capitolio; luego de que fuera condenado por delitos graves y sobreviviera a dos intentos de asesinato.
Como presidente, ha prometido llevar a cabo una agenda centrada en remodelar drásticamente el gobierno federal y buscar represalias contra aquellos a los que percibe como enemigos.
«Por una razón hicimos historia, hemos superado obstáculos que nadie hubiera pensado que los hubiéramos podido superar» (…) Tenemos que poner nuestro país en primer lugar y solo unidos podremos hacer América grande otra vez. Que dios os bendiga y que dios bendiga a América» (…) Este es el movimiento político más importante de todos los tiempos. Vamos a arreglar nuestras fronteras. Hicimos historia. Nuestro país nunca ha visto nada igual”, señaló Trump en su primer discurso la madrugada del miércoles frente a sus simpatizantes tras ganar la elección.
De acuerdo con analistas internacionales, el triunfo del republicano valida su enfoque agresivo en la política. Atacó a su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, en términos profundamente personales, mientras presentaba una imagen apocalíptica de un país invadido por migrantes violentos. Su retórica áspera, combinada con una imagen de hipermasculinidad, resonó con los votantes enojados, especialmente hombres, en una nación profundamente polarizada.
Cabe destacar que los republicanos también ganaron el control del Senado de Estados Unidos, lo que garantiza que dominarán al menos una cámara del Congreso el próximo año.