Los reyes de España y el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, visitaron las zonas golpeadas por las inundaciones de Valencia, de donde salieron en medio de insultos y reclamos por parte de los damnificados que están enojados por la lentitud del actuar de las autoridades antes y después de la emergencia.
Sánchez habría sido el primero en ser evacuado, junto con el presidente regional valenciano, Carlos Mazón, por los servicios de emergencia. Aunque el rey Felipe VI insistió en dialogar con la gente, protegido por sus guardaespaldas, finalmente también tuvo que abandonar el lugar junto a la reina.
El balance de víctimas mortales se elevó a 217 con el anuncio del hallazgo de tres muertos más en Pedralba, Valencia, y de una anciana en Letur, en la vecina región de Castilla-La Mancha, cuyo cadáver fue arrastrado 12 km por las aguas.
La indignación por la gestión del peor desastre natural de España en la memoria viva comenzó después de que el impacto inicial se disipara.
Un río de agua y lodo inundó Paiporta y los funcionarios regionales emitieron una alerta a los teléfonos móviles que sonó con dos horas de retraso.
La ira ha sido alimentada por la incapacidad de las autoridades para responder rápidamente a las secuelas. La mayor parte de la limpieza de las capas y capas de barro y escombros que han invadido innumerables hogares la están realizando residentes y miles de voluntarios.