Fernando “El Toro” Valenzuela, uno de los máximos referentes del béisbol mexicano, falleció a los 63 años, dejando un vacío irreparable en el deporte. Su legado, sin embargo, sigue vivo, gracias a su talento, pasión y dedicación que marcaron una era.
Valenzuela nació en Etchohuaquila, Sonora, y comenzó su carrera en México con los Leones de Yucatán en 1979. Apenas un año después, su vida cambió para siempre al debutar con los Dodgers de Los Ángeles, iniciando un ascenso meteórico en las Grandes Ligas.
En 1981, Fernando deslumbró al mundo del béisbol al ganar el premio al Novato del Año y el Cy Young de la Liga Nacional, además de llevar a los Dodgers al título de la Serie Mundial. Su estilo inconfundible y su carisma lo convirtieron en una estrella global, trascendiendo las barreras del deporte.
Aunque jugó en varios equipos de las Grandes Ligas y la Liga Mexicana de Béisbol, el impacto de Valenzuela va más allá de sus logros deportivos. Su pasión y entrega al juego lo convirtieron en una inspiración para las futuras generaciones.