Si la renuncia al PRI del alcalde con licencia de Cuajimalpa, Adrián Rubalcaba llamo la atención poderosamente, misma que ya fue explicada en la columna de nuestro director general Guillermo Vazquez Handall y que mas bien obedece a una traición, la del ex gobernador de Oaxaca Alejandro Murat lo que dejo de saque fueron muchas dudas.
Primero porque a diferencia del tránsfuga de Rubalcaba, Murat tenia y tiene una muy buena relación personal y afectiva con el dirigente nacional del PRI Alejandro “Alito” Moreno, si quería una candidatura incluso plurinominal se la habrían concedido sin mayor problema.
Murat a diferencia de Rubalcaba no anda buscando ni espacio ni chamba, lo que quiere, mas bien necesita y le urge es tranquilidad, esto porque su sucesor el actual gobernador Oaxaqueño Salomón Jara, no ha cesado los amagos de perseguirlo judicialmente.
No olvidemos que cuando Murat termino su encargo como mandatario estatal, rechazo a diferencia de muchos de sus colegas, una embajada que hoy mas que nunca se considera un exilio dorado, a pesar de que se la habían puesto en charola de plata, de hecho, su destino era Canadá, que al final termino en manos del pusilánime ex gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín.
Murat ha diseñado su futuro en Italia, pero no como embajador, sino todo lo contrario, con un perfil bajo que le permita disfrutar de una vida muy tranquila, sin sobresaltos y para ello es menester contar con la garantía de que no será perseguido legalmente, sin volver a participar en la política nacional.
Es por ello por lo que, ante su desesperado ruego de impunidad, el régimen le exigió a cambio desvincularse de forma tajante del PRI, es decir una renuncia que no dejara lugar a ninguna duda de que no volvería a participar en política al menos por un largo tiempo.
La oferta que no tenía el más mínimo margen de maniobra imponía la renuncia y el retiro, por ello la explicación argumentativa de Murat al respecto resulto tan descafeinada e intrascendente, a el no le pidieron ser un “caballo de Troya” simple y llanamente desaparecer del escenario a cambio del beneficio de ordenarle a Salomón Jara dejarlo en paz.
Sin embargo, un daño colateral no calculado pero necesario por obvias razones, a pesar de que en este caso no hay traición sino únicamente una salvaguarda personal, si bien no muy digna pero entendible al fin de cuentas, es la renuncia de su padre José Murat a la presidencia de la Fundación Colosio.
Estamos en posición de poder informar en exclusiva, porque NX Noticias es el líder en la información en exclusiva, que José Murat Casab también ex gobernador de Oaxaca, derivado de la situación de su hijo y seguramente en contra de su voluntad dejara la presidencia de la emblemática Fundación Colosio.
en conclusión, podemos establecer que, aunque las dos son renuncias a su militancia, tanto la de Rubalcaba como la de Alejandro Murat hay diferencias fundamentales entre una y la otra, una es evidentemente motivada por una ambición desleal, la otra simple y llanamente en busca de evitar una persecución, cada una criticable y difíciles de defender, pero con contextos muy dispares.