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En un giro inesperado del destino, Wojciech Szczesny, el guardameta polaco de 34 años, ha dejado atrás la tranquilidad de su retiro en Marbella para enfundarse la camiseta del FC Barcelona. La grave lesión de Ter Stegen, quien estará fuera de los terrenos de juego toda la temporada, obligó al club catalán a buscar un recambio de garantías y encontraron en Szczesny la mezcla perfecta de experiencia y disponibilidad. El fichaje, que se cerró con un contrato hasta junio de 2025, cumple con las exigencias del fair-play financiero, ya que el salario del polaco no supera el 80% del que percibía el alemán.

La historia de este fichaje tiene un nombre propio: Robert Lewandowski. El delantero polaco, consciente de la necesidad del club y la situación de su compatriota, fue el primero en contactar con Szczesny para presentarle la propuesta. El ex de la Juventus, que inicialmente no se planteaba volver a la actividad profesional, confesó que la llamada de Lewandowski fue fundamental para cambiar de opinión. Tras conversar con su familia y amigos, decidió aceptar el reto y unirse a las filas blaugranas.

Tras el sondeo inicial de Lewandowski, Deco, director deportivo del Barcelona, tomó las riendas de la operación. El club buscaba un perfil experimentado para cubrir el vacío de Ter Stegen, algo que las jóvenes promesas de la casa no podían ofrecer. Szczesny, con una larga trayectoria en clubes como la Juventus, el Arsenal o la Roma, y una destacada Eurocopa con Polonia a sus espaldas, encajaba a la perfección con lo que buscaban.

Más allá de lo deportivo, la calidez humana del club y su presidente, Joan Laporta, terminaron de convencer a Szczesny. “Cómo me ha tratado la gente y lo importante que me han hecho sentir en estos dos primeros días en la ciudad, me ha hecho que sintiera orgullo de formar parte de esta apasionante familia”, declaró el polaco tras firmar su contrato.