Saltar al contenido principal

El jueves pasado, en el Estadio Atanasio Girardot, se vivió una jornada negra en el fútbol colombiano. Atlético Nacional ganaba 2-0 a Junior de Barranquilla, con tantos de Andrés Román y Marino Hinestroza, cuando la violencia estalló en las gradas, obligando a la suspensión del encuentro.

La hinchada visitante, ubicada en la tribuna norte, irrumpió en el área destinada para los aficionados locales. Según fuentes, los seguidores del Junior comenzaron las agresiones, escalando el conflicto con armas blancas.

El árbitro Nolberto Ararat detuvo el juego debido a la magnitud de los enfrentamientos. La policía intervino lanzando gases lacrimógenos y evacuando a los equipos hacia los vestuarios para evitar una tragedia mayor.

El partido, correspondiente a la fecha 10 de la Liga II 2024, dejó 20 heridos y encendió las alarmas sobre la seguridad en los estadios. Las autoridades podrían sancionar a ambos clubes y al Estadio Atanasio Girardot por no garantizar la seguridad durante el evento.