El Departamento de Estado de Estados Unidos instó a su ciudadanos a abandonar el Líbano “mientras aún haya opciones comerciales disponibles”, en medio de la “naturaleza impredecible del conflicto en curso entre Hezbolá e Israel y las recientes explosiones en todo el Líbano”.

De acuerdo con el Departamento, “en este momento hay vuelos comerciales disponibles, pero con capacidad reducida”; sin embargo, si la situación de seguridad empeora, es posible que no haya opciones comerciales para salir. 

En su nivel de alerta 4, dijo que “si decide permanecer en el Líbano, prepárese para refugiarse en el lugar si la situación se deteriora aún más. La Embajada de Estados Unidos insta encarecidamente a los ciudadanos estadounidenses que se encuentran en el sur del Líbano, cerca de las fronteras con Siria y/o en asentamientos de refugiados a que abandonen esas zonas de inmediato”.

Al menos 37 personas han muerto, entre ellas altos mandos del grupo militante libanés Hezbolá, en un ataque israelí contra el sur de Beirut. El ataque destruyó un edificio residencial de varios pisos en un bastión del grupo islamista. 

Entre los muertos se encuentra Ibrahim Aqil, jefe de una unidad de élite y a quien Estados Unidos acusó de estar implicado en un atentado de 1983 en el que murieron 241 estadounidenses.

En tanto, la agencia estatal de noticias de Líbano, NNA, informó que aviones israelíes llevaron a cabo un total de 111 ataques aéreos en una hora este sábado.

La intensidad de los ataques aéreos de este sábado está entre las más altas registradas desde que Hezbolá comenzó a disparar cohetes hacia el norte de Israel el año pasado en apoyo de Hamás en medio de la guerra de Israel en Gaza.

El Ejército de Israel llevó a cabo un “ataque selectivo” en la capital libanesa, Beirut, que tuvo como objetivo asesinar al comandante de operaciones de Hezbolá, Ibrahim Aqil. Este mismo ataque mató también a al menos 14 personas más y dejó heridas a 66.

La muerte de este comandante es la segunda en menos de dos meses de una figura de alto perfil del grupo islamista, luego de que en julio, otro ataque aéreo matara a Fuad Shukr, el máximo comandante militar de la agrupación. 

Un portavoz del ejército israelí dijo que “la secuencia de acciones en la nueva fase continuará” hasta que se logre su objetivo: “el regreso seguro de los residentes del norte a sus hogares”.

Israel y Hezbolá llevan décadas enfrentados, pero ambos intensificaron los ataques transfronterizos tras el inicio de la guerra contra Hamás, a quien Hezbolá apoya.