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“El cambio climático es importante porque afecta condiciones de vida, sin embargo, la pérdida de diversidad biológica afecta el balance vital del planeta. En la pérdida de biodiversidad hay cambios irreversibles, como la extinción de una especie”,
Dr. José Sarukhán, miembro del Colegio Nacional.

El cambio climático y la pérdida o el colapso de la biodiversidad son los dos problemas ambientales más críticos de la humanidad, son problemáticas interdependientes en escenarios comunes, y ambos comparten un responsable en común: el ser humano.

El Dr. Sarukhán señaló en una entrevista reciente que no es fácil enfrentar una problemática tan compleja como el cambio climático, ya que depende de la voluntad política de muchos países (fundamentalmente los grandes emisores de gases efecto invernadero), así como de las grandes empresas de combustibles fósiles. Sin embargo, el cuidado y protección de la biodiversidad depende de cada uno de los países, es decir, la responsabilidad se encuentra en nuestra propia casa.

México es uno de los pocos países “megadiversos” en el mundo, es decir, con una gran diversidad biológica por nuestra posición biogeográfica. Desafortunadamente, esa gran biodiversidad la estamos perdiendo a pasos agigantados por diversas razones: altas tasas de deforestación y defaunación; crecimiento urbano e industrial sin planeación; contaminación terrestre y marina; entre otros muchos factores.

Es tan grave la pérdida de biodiversidad, que hace más de 20 años el Premio Nobel de Química Paul Crutzen acuñó el término “Antropoceno” para designar a esta nueva era geológica, debido al gran impacto de las actividades humanas sobre los ecosistemas terrestres y marinos en todo el mundo. Sólo en noviembre de 2022 el mundo superó los 8 mil millones de humanos.

Por otro lado, investigadores y científicos nos han alertado en los últimos años que nos encontramos en las puertas de la Sexta Extinción Masiva (la Quinta Extinción Masiva ocurrió hace 65 millones de años en la que se extinguieron los dinosaurios). Como señala el Dr. Gerardo Ceballlos, investigador de la UNAM, “Las especies que se extinguieron en los últimos 100 años debieron haberlo hecho en 10 mil años”.

La Plataforma Intergubernamental sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES por sus siglas en inglés), es el órgano científico asesor de Naciones Unidas en materia de biodiversidad y servicios ecosistémicos y la instancia mundial más serie sobre el tema.

En el año 2019, este órgano científico publicó el Primer Reporte Global sobre biodiversidad y sus resultados son muy preocupantes: actualmente tenemos alrededor de un millón de especies amenazadas por la extinción. Si hoy en día se conocen en el mundo alrededor de ocho millones de especies, estamos hablando del 12.5% de las especies conocidas en mundo.

Dentro de ese 12.5% de especies, destacan cerca del 10% de insectos (muchos de ellos importantes para la agricultura por la polinización); más del 40% de anfibios (especies muy vulnerables); 33% de los corales, tiburones y mamíferos marinos.

Este Reporte señala cinco causas fundamentales de esta gran pérdida de biodiversidad: 1) Destrucción del hábitat terrestre y marino (cambios uso de suelo; minería terrestre y marina); 2) Sobreexplotación de plantas y animales (monocultivos; pesca industrial); 3) Cambio Climático (genera la pérdida y la degradación del hábitat); 4) Contaminación (generación de basura no tratada; plásticos y microplásticos en el mar; pesticidas y fertilizantes que dañan a polinizadores); y 5) Especies exóticas e invasoras (parásitos y competidores de especies locales).

La pérdida de biodiversidad no sólo es una preocupación grande para conservacionistas o científicos, en el Reporte de Riesgos Globales a la Economía Mundial 2023 emitido por el Foro Económico Mundial, señala a la “pérdida de biodiversidad” como el cuarto riesgo global a la economía internacional en los próximos años por su vinculación estrecha con la producción agrícola, forestal y pesquera fundamentalmente.

La conservación y uso sustentable de la biodiversidad por parte de las comunidades locales, no es un capricho o moda de las nuevas generaciones, es un reto para nuestra supervivencia como especie.

Somos la primera generación que está viviendo en carne propia los efectos del cambio climático y la acelerada pérdida de biodiversidad en el mundo y en ese sentido, somos también la primera generación que puede actuar aquí y ahora para revertir sus efectos con el objeto de garantizar un mejor futuro para las próximas generaciones… sin embargo, el tiempo está corriendo más rápido de lo que se pensaba, por lo que es urgente actuar.

Es fundamental conocer y aprender más sobre nuestra diversidad biológica para así, poder valorarla y lograr su conservación, no olvidemos que la extinción de una especie es para SIEMPRE. No estamos salvando al mundo, estamos salvando a nuestra especie de la extinción.