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El gobierno de Rusia confirmó que frustró este fin de semana un ataque ucraniano “masivo” al derribar 158 drones que sobrevolaron 15 regiones de su territorio, incluida Moscú, pocos días después de que el ejército ruso lanzara un bombardeo contra la infraestructura energética de Ucrania.

El alcalde de Moscú, Sergey Sobyanin, informó que uno de los drones atacó la refinería de petróleo local y otro provocó un incendio en un edificio técnico de la refinería.

El gobernador de la región de Tver, Igor Rudenya, declaró que el incendio en el distrito de Konakovo había sido extinguido y que los servicios de gas y electricidad de la zona funcionaban con normalidad.

El ataque también causó daños en 22 apartamentos y ocho viviendas particulares, así como en más de 20 vehículos.

En un comunicado, el Ministerio de Defensa ruso informó que 122 de los drones fueron derribados en las regiones de Kursk, Briansk, Voronezh y Belgorod, fronterizas con Ucrania. Dos de ellos fueron interceptados sobre Moscú, la capital situada a más de 500 kilómetros de la frontera entre ambos países.

Por su parte, Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania, señaló que a través de su red social “X” que en la última semana “Rusia ha lanzado más de 160 misiles de diversos tipos, 780 bombas aéreas guiadas y 400 vehículos aéreos no tripulados de ataque de diferentes tipos contra nuestro pueblo”. Con ello justificó los últimos ataques con drones en el interior de Rusia.