El mexicano-británico, Manuel Guerrero, regresó a México y ofreció una conferencia de prensa donde aseguró que su arresto en Qatar, durante un operativo contra miembros de la comunidad LGBT, no lo define como persona.
“Mi arresto no define quién soy, pero sí ha reforzado mi convicción de que debemos seguir luchando por un mundo donde todos, sin importar nuestra orientación sexual o estado de salud, podamos vivir con dignidad y libertad. Soy un entusiasta por naturaleza”, dijo en su primer mensaje a medios de comunicación.
Guerrero reconoció que, a pesar de haber estado registrado como ciudadano británico en Catar, “el primer consulado que fue a visitarme fue el de México, Inglaterra lo hizo de manera telefónica. El apoyo, si comparo los dos apoyos, el apoyo de México fue el más fuerte, creo que tardó un poco en arrancar pero conforme fueron pasando los meses fueron apoyando en mayor medida”.
Tras su arresto, hace seis meses, le hicieron firmar documentos en árabe que nunca entendió. Sin abogado y sin traductor, enfrentó su proceso a ciegas. No tenía acceso oportuno a los medicamentos antirretrovirales que necesitaba por ser portador de VIH, por lo que su salud empeoró.
Finalmente, fue liberado porque un juez, quien lo encontró culpable de posesión menor de metanfetamina. La droga, reveló Manuel Guerrero y sus representantes, fue sembrada por la policía catarí para poder justificar el arresto por la condición como homosexual.
Agregó que aún prevalece el desconocimiento y estigmatización hacia personas con VIH: “Las personas que tenemos una carga viral indetectable no podemos transmitir el VIH. Esta es una verdad científica que debe ser difundida para combatir el estigma y la ignorancia que aún prevalecen en muchas partes del mundo”.
El 12 de agosto, el mexicano abandonó “de manera definitiva y en total libertad” el país árabe rumbo a Londres -así lo anunció el Comité Manuel Guerrero, que ha dado seguimiento a su caso-, después de pagar una multa tras la sentencia que le condenó también a ser deportado de Qatar.
Fue el pasado 4 de febrero en Doha donde, tras acudir a una cita acordada a través de la aplicación Grindr en la que las autoridades cataríes crearon un perfil falso, lo arrestaron en el momento del encuentro.