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El 6 de agosto de 2024, dos activistas de la organización ambientalista Futuro Vegetal llevaron a cabo una protesta en la mansión de Lionel Messi en Ibiza, con el objetivo de denunciar la responsabilidad de los ricos en la crisis climática. Los manifestantes vandalizaron la fachada de la propiedad, lo que resultó en su arresto el 8 de agosto.

Tras el incidente, los abogados del astro argentino interpusieron una denuncia ante la Justicia española, exigiendo 50.000 euros como compensación por los daños causados. La suma, según los representantes legales de Messi, es necesaria para reparar los perjuicios en la lujosa mansión.

La respuesta del grupo ambientalista no se hizo esperar. Bilbo Bassaterra, portavoz de Futuro Vegetal, calificó de excesiva la cantidad demandada y cuestionó la legalidad de la construcción de la casa. Según Bassaterra, sería inconcebible pagar tal suma por una propiedad que, en su opinión, debería ser derribada.

El caso ha captado la atención internacional, subrayando la creciente fricción entre las élites y los movimientos ambientalistas que luchan por un cambio radical en la sociedad.