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Estados Unidos refuerza la seguridad en Medio Oriente debido a las latentes hostilidades en la región en medio de la amenaza de Irán de atacar Israel tras el asesinato el jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh, el pasado 31 de julio, mientras se encontraba de visita en Teherán para asistir a la investidura del nuevo presidente iraní, Masoud Pezeshkian.

Aunque el hecho no ha sido confirmado ni desmentido por Israel, la República Islámica, Hamás y Hezbolá lo señalan como culpable. 

La alarma por un posible asalto que escale aún más las tensiones, a la par de la guerra en Gaza, ha llevado a Estados Unidos, el mayor aliado de Israel, a redoblar su presencia en la región.

El secretario de Defensa, Lloyd Austin, ordenó el envío de un submarino con misiles guiados a Medio Oriente y ordenó al grupo de ataque del portaaviones USS Abraham Lincoln que navegue más rápido hacia el área. 

Austin también se comunicó con el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, y reiteró el compromiso de Estados Unidos “de tomar todas las medidas posibles para defender a Israel y destacó el fortalecimiento de la postura y las capacidades de la fuerza militar estadounidense en todo el Medio Oriente a la luz de las crecientes tensiones regionales”, señaló un comunicado del Pentágono.

El tema se planteó durante una reunión celebrada este lunes entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y sus homólogos de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido.

En una declaración conjunta emitida posteriormente, pidieron a Irán que «renuncie» a un ataque que tendría «graves consecuencias» para la seguridad regional.